martes, 26 de octubre de 2010

Alianza con la derecha: ¿pragmatismo o ideología?

Alianza con la derecha: ¿pragmatismo o ideología?

22 de octubre 2010

No creo que exista en la elite política actual ningún personaje totalmente pragmático, y menos, alguno cuya ideología oriente totalmente sus decisiones. Antes que nada porque esta última posición sería un acto de gran ingenuidad; en segundo lugar, porque confirmaría una vocación de perdedor que a nadie beneficia. Pero hay un riesgo en quienes toman al pragmatismo como única pauta, quienes valoran los efectos prácticos de sus acciones como único criterio de verdad pueden perder la ética política y abandonar el sustento ideológico de sus partidos.

La contienda electoral de Brasil muestra con claridad la manera en que los candidatos pueden traicionar principios para ganar preferencias electorales. Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, tuvo que cambiar su posición sobre el aborto para ganar votos en la segunda vuelta; hace algunos años se había pronunciado en favor de su despenalización pero ahora su discurso se tornó moralista y muy parecido al de José Serra, su principal contendiente de la derecha; ella ahora llegó a calificar el aborto inducido como un acto de violencia contra la mujer.

Sin ser el más sustancial, el tema del aborto es quizá uno de los asuntos más tangibles que diferencian la posición política en el espectro izquierda–derecha, en virtud de que un verdadero compromiso con la superación de las desigualdades sociales no puede negar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, en tal caso se estarían traicionando los intereses de la mitad del pueblo mexicano (mitad son mujeres y, más o menos la mitad de gente aprueba el derecho a decidir).

Una nueva visión del mundo desde la izquierda exige además asumir que nuestra conciencia e ideas se mueven de acuerdo con los actuales límites históricos del mundo material, este que está dominado por la derecha, y que está en los principios del PAN, del PRI, del Verde, del Panal, y por desgracia, en representantes que se han infiltrado en todos los partidos: políticos subordinados a los dueños del mercado, de los medios y del narco, y que se apoyan en la segunda evangelización de América. Se trata de elites que no están interesadas en crear nuevas relaciones entre los hombres, las mujeres y la naturaleza.

El ejemplo más evidente de pragmatismo está en las actuales alianzas de PAN y PRD. Sus dirigentes olvidan que se trata de ideologías con programas de gobierno opuestos. No dejo de celebrar que en Oaxaca se haya encontrado un candidato cuyo arraigo derrotó el poder de Ulises Ruiz, pero cada territorio tiene lo suyo. Marcelo Ebrard es congruente con la ideología de izquierda cuando apoya la despenalización del aborto por decisión de la mujer y el matrimonio de personas del mismo sexo, así como al defender la laicidad y no temblarle la mano para demandar a Juan Sandoval Íñiguez; sin embargo, él es pragmático al apoyar la alianza de PAN y PRD en el estado de México. AMLO fue pragmático al rechazar la legislación sobre sociedades de convivencia, lo cual no le generó apoyo de la jerarquía eclesial pero sí desilusión por parte de la comunidad LGBTI; sin embargo, mostró congruencia en su política social, en los mandos de su gobierno y al instrumentar los primeros servicios de aborto legal en el DF en 2000. Hoy su coherencia está al posicionarse en contra de la alianza de PAN y PRD en el estado de México, aunque probablemente aplique alguna lógica pragmática en la entidad con mayor tamaño poblacional (y electoral) del país. Su ideología de centro izquierda es clarísima en el proyecto alternativo de nación que somete a consulta ciudadana; llamo aquí la atención en el primer punto: es necesario aplicar una ética política. “La vida pública ha sido corrompida por la subordinación de los políticos a los intereses del mercado (incluye el mercado de drogas, supongo) y de los potentados. La corrupción, la demagogia, el corporativismo, el clientelismo, el paternalismo y el autoritarismo son prácticas perversas de la política. Impulsaremos una forma de vida donde cada mujer y cada hombre –sin importar condición social, étnica, creencias o preferencias sexuales– valga por su trabajo, sus acciones solidarias, su fraternidad, su lealtad a las normas de convivencia y sus aportes al bienestar de la sociedad; una sociedad en la que prevalezcan la dignidad, el honor, la ética y la búsqueda de la felicidad”.

Se vale que los candidatos de la izquierda tengan opiniones distintas y que cada uno gane apoyo para su propia candidatura, en especial porque ellos, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, representan el mayor mérito de la izquierda mexicana: 13 años de un gobierno ejemplar en el Distrito Federal. Esperamos que ambos van a respetar el proyecto ideológico, van a defender el estado de bienestar y van a cumplir su palabra: ceder el lugar al mejor posicionado el próximo año (como hizo Heberto Castillo en 1988) e ir como equipo con una sola candidatura para la contienda de 2012.


martes, 19 de octubre de 2010

Madres que mueren

8 de octubre de 2010

Madre, tú me tuviste pero yo nunca te tuve. Yo te quise, pero tú no me quisiste. Así que debo decirte adiós, adiós. Padre, tú me dejaste, pero yo nunca te dejé. Yo te necesitaba, pero tú no me necesitaste. Así que debo decirte adiós, adiós. La muerte temprana de la madre y el abandono de su padre fueron expresados por John Lennon en ese llanto que es Mother, mucho más que una canción. Este gran músico mañana cumpliría 70 años de vida, si un disparo no hubiese silenciado una creatividad que alcanzaba altísimos vuelos. Habría que ser poeta para elaborar con tal estética la desolación con que nos deja la orfandad.

Los avances en la ciencia y la tecnología médica han logrado que la mortalidad materna se reduzca significativamente. Pese a que eran tan frecuentes en la generación de nuestras abuelas, esas muertes por embarazo, parto o aborto no eran menos sombrías ni llegaron a naturalizarse. Sin embargo, hoy resulta inaceptable que siga habiendo tasas de mortalidad materna tan altas, y que esto solamente ocurra en las regiones donde se vive con precariedad.

Según la Organización Mundial de la Salud medio millón de mujeres y 10 millones de niños morirán cada año si los gobiernos del mundo no toman con seriedad un conjunto de medidas bien conocidas. Sabemos que 70 por ciento de las muertes maternas e infantiles podrían evitarse si se diera de manera oportuna y mejorara la calidad de los servicios de salud. Al delinearse las llamadas Metas del Milenio, los países del orbe se comprometieron ante Naciones Unidas para reducir en tres cuartas partes la razón de la mortalidad materna y en dos tercios la mortalidad infantil, entre 1990 y 2015. México se encuentra entre esos países que difícilmente van a lograrlo, considerando el nivel actual que es de 57 muertes maternas por 100 mil nacidos vivos, pues habría que alcanzar una cifra no mayor de 22. Se trata de un indicador que refleja las disparidades sociales y económicas. Entre 1955 y 2006 el número disminuyó de 204 a 60 muertes maternas por 100 mil mexicanos nacidos vivos. Ochenta por ciento de esta reducción se logró entre 1955 y 1989 y el restante 20 por ciento entre 1990 y 2006; es decir, que la velocidad de descenso empezó a frenarse al comenzar la década de los 90, aunque en diferentes niveles: Chiapas y el estado de México presentan los números más altos de muertes maternas. Las adolescentes de 15 a 19 años tienen una razón ligeramente más alta que las mujeres en sus años veinte, y las mujeres de 30 años y más presentan los niveles más elevados. Actualmente las principales causas de muerte materna son: hipertensión y hemorragia durante el embarazo (25 por ciento cada una), enfermedades existentes o prexistentes que se agravan con el embarazo o parto (22 por ciento), otras complicaciones (13 por ciento), y el aborto inseguro (7 por ciento). El control de estas causas exige mejorar la calidad de los servicios de salud reproductiva, diagnósticos oportunos, atención con personal capacitado, transportación rápida de las mujeres hacia instituciones médicas adecuadamente equipadas con bancos de sangre y capacidad instalada, así como despenalizar el aborto y garantizar servicios de interrupción del embarazo expeditos y seguros. Comparadas con las latinoamericanas, la mortalidad materna por aborto es menor probablemente porque las mexicanas usan métodos relativamente seguros; sin embargo, la tasa de aborto por mil mujeres aumentó de 25 a 33 entre 1990 y 2006, lo cual subraya la necesidad de garantizar servicios legales y seguros de interrupción del embarazo, así como el acceso a servicios adecuados de anticoncepción (Fátima Juárez et al., Barreras para la maternidad segura en México,Guttmacher Institute, enero de 2010).

A 50 años de que la aprobación de la píldora anticonceptiva se celebraba haciendo el amor y no la guerra (All we are saying is give peace a chance) ha quedado claro que su acceso universal es un paso crítico para reducir la mortalidad materna y los embarazos no deseados. Más de 200 millones de mujeres han utilizado la píldora desde su aprobación, mientras 200 millones todavía no tienen acceso a la misma. Un estudio reciente demostró que si se cubrieran las necesidades no satisfechas de anticoncepción se evitarían más de 50 millones de embarazos no deseados, se salvaría la vida de 150 mil mujeres, así como la de 640 mil recién nacidos (The costs and benefits of investing in family planning and maternal and newborn health, UNFPA/ Guttmacher Institute, Nueva York, 2009.) Esta realidad está lejos de comprenderse desde la política federal, mientras la ciudad de México está marcando la pauta. Aquí la lucha contra la mortalidad materna se ha traducido en leyes que garantizan el derecho a decidir de las mujeres, en mejorar la calidad de los servicios de salud reproductiva y en políticas públicas con perspectiva de género.

Paul McCartney, otro chico que perdió a su madre a edad temprana, dio trato de sabia a su madre en el conocido himno a la maternidad Let it be: Cuando me encuentro ante problemas, mi madre María viene hacia mí a ofrecerme la sabiduría que necesito, y en los momentos más oscuros ella viene y se para frente a mí con palabras de sabiduría. ¡Déjalo ser! Debe haber alguna respuesta. ¡Déjalo ser!

lunes, 4 de octubre de 2010

Dos Méxicos: dos formas de vivir la adolescencia

24 de septiembre 2010

La salud reproductiva de las adolescentes mexicanas va en retroceso, en especial en las zonas más pobres del país. Existen diferencias significativas en la incidencia, tendencia y características del embarazo adolescente según el estrato socioeconómico de pertenencia. El embarazo adolescente se concentra en los estratos bajos (74 por ciento), las mujeres con menor escolaridad y mayoritariamente rurales. Si se ampliaran las opciones de vida, si hubiese acceso a mayor escolaridad, más oportunidades de trabajo extradoméstico y menor sometimiento femenino, la edad de la unión conyugal y del primer embarazo se pospondría y disminuirían los embarazos adolescentes (C. Stern y C. Menkes, “Embarazo adolescente y estratificación social”, Salud reproductiva y condiciones de vida en México, El Colegio de México, 2008).

En la etapa adolescente, la desigualdad social se vincula con el estancamiento del desarrollo individual y familiar, y es un mecanismo de reproducción de la pobreza. Bien dice Erik Erikson que la adolescencia es un lujo social; puede ser una etapa de elección vocacional y conformación de un papel ante el mundo, si y solo si se tiene acceso a la escuela y condiciones para postergar la vida conyugal y laboral.

Esa desigualdad es un rasgo que no se ha podido superar ni con la Independencia de México ni con la Revolución, sino que ha venido subrayándose con las limitadas políticas públicas del siglo XX, y está volcándose contra las adolescentes en los albores del siglo XXI. Los avances en el acceso a más altos niveles educativos han sido lentos, pero se acompañaron de una política de población consistente y transexenal que había logrado reducir la fecundidad adolescente a la mitad en 30 años. Sin embargo, esa tendencia se estancó y algunos indicadores se fueron para atrás.

Un estudio recientemente publicado muestra la enorme diferencia en los niveles de pobreza, educación, condiciones generales de vida y comportamiento sexual, marital y reproductivo, entre las áreas más desarrolladas del país (la ciudad de México, Baja California, Nuevo León) y las de mayor pobreza (Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz). Pareciera que hay dos naciones dentro de México, una que está accediendo a la modernización y otra que está en rezago. Las mujeres mexicanas se casan más tarde que en otros países de América Latina y, comparativamente, pocas lo hacen durante la adolescencia, pero las diferencias regionales en el interior del país son grandes. En 2006, 12 por ciento de las mujeres mexicanas en las edades 15-19 se había casado, aproximadamente 16 por ciento en áreas rurales, y 11, en zonas urbanas. El Distrito Federal fue por mucho la región con la proporción más baja de mujeres adolescentes alguna vez casadas (6 por ciento), mientras la región del sureste tuvo la proporción más alta (18 por ciento). En algunas áreas y estados, el matrimonio antes de los 16 años no es un suceso aislado. Del total de mujeres de 20-24 años encuestadas en 2006, 8 por ciento se había casado antes de cumplir 16 años; la proporción fue de 15 en las zonas rurales y de 7 en las urbanas. En el Distrito Federal, esta proporción fue de 6 por ciento y en la región sureste de 17.

El retroceso se observa claramente en que el uso de anticonceptivos ha declinado entre las mujeres unidas del grupo de edad 15-24. En 2006, 53 por ciento utilizaba algún método anticonceptivo, una proporción 5 puntos más baja que la registrada en 1997. El Distrito Federal fue la única región donde no bajó el uso de anticonceptivos, y ahora que existe el acceso al aborto por decisión de la mujer, es probable que se reduzcan aquí tanto los embarazos no deseados como el número de madres adolescentes. Las necesidades no satisfechas de anticoncepción entre las mujeres casadas de 15-24 años son elevadas y están aumentando: en 2006 eran de 31 por ciento, mientras que en 1997 eran de 23. En números absolutos, entre las mujeres mexicanas de 15-19 años, cerca de 835 mil han tenido un hijo a los 18 años o más jóvenes, y al comparar las encuestas de 1997 y 2006 se hace evidente un incremento de 2 por ciento de mujeres que tuvo un hijo antes de los 18 años. (Fátima Juárez, et al., Las necesidades de salud sexual y reproductiva de las adolescentes en México: retos y oportunidades. Guttmacher Institute, enero 2010).

El atraso era de esperarse con 10 años del PAN al frente del gobierno federal: han declinado los servicios de salud en el sector público, ha disminuido el presupuesto para la salud reproductiva y la inversión en educación sexual; por si fuera poco, las campañas preventivas en los medios de comunicación han desaparecido.

Las cifras de salud reproductiva son una cara más de esa enorme desigualdad tan evidente entre quienes festejan con ostentación el bicentenario de la Independencia y quienes siguen flotando sobre aguas negras para sobrevivir y esperar ayuda humanitaria, ante el paso de los huracanes y las tormentas tropicales.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Intolerancia en el bicentenario

10 de septiembre 2010.

Si la Independencia de México contribuyó a formar un Estado soberano y la Revolución a desarrollar una sociedad democrática, es claro que en dos siglos estamos lejos de alcanzar esos ideales. Indigna en especial la incapacidad del Estado para garantizar la igualdad y la libertad, así como la falta de tolerancia.

Dice el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, que el Estado está formado por pueblo, territorio y poder, y opina que no puede haber laicidad en un territorio ni en un pueblo creyente como México, donde la mayoría de los mexicanos son creyentes católicos. “En todo caso, somos un Estado gobernado por un gobierno laico, por eso el Estado laico es una jalada.” Más allá de la elegancia de su vocabulario, Cepeda no recurre a las disertaciones semánticas para fortalecer las libertades ni la igualdad que se vinculan con la laicidad, sino para imponer su moral católica a la mayoría de católicos mexicanos, y también, a la minoría que no lo son. En esa ocasión también coincidió con su colega Juan Sandoval Íñiguez al negar el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, por considerar que en esas uniones “no hay matriz que engendra”. Su concepto de libertad de culto implica permitir que la jerarquía eclesial defina las leyes y las políticas sociales y ha influido en entidades donde se condena y encarcela a mujeres que abortan, incluyendo los actos involuntarios de mujeres que lo hicieron de manera espontánea.

La intolerancia y las confusiones crecen y debilitan la soberanía. Voy a referir aquí algunos comentarios que recibí hace dos semanas en este diario, como reacción a mi anterior colaboración sobre las disputas en la Conferencia Mundial de Juventud realizada en León, Guanajuato. Juan Rodríguez opina que yo debería ser más tolerante con quienes opinan diferente, y que no debo imponer mi mundo maniqueo porque no soy la poseedora de la verdad. Otro chico, identificado como Fariseo, considera que mi artículo denota desprecio por la equidad de género atacando visceralmente al género masculino, que mi posición es manipuladora de pasiones y no doy espacio a la contrarrespuesta, sólo quiero generar encono y odio entre las diferencias en vez de mostrar equilibrio periodístico.

Opinan distinto y hasta salieron en mi defensa otros: Elena: ¿Por qué la Iglesia ha cometido tantos crímenes durante toda su historia? E. Elizalde: Nunca se puede tolerar la violencia ni las prácticas que buscan coartar la libertad de expresión de otros que opinen diferente, la denuncia es clara y objetiva contra los malos manejos de esas juventudes adoctrinadas en la intolerancia. Silvia: Y tú, ¿qué artículo leíste? A mí me parece que la persona odiadora es usted. Eduardo: Asistí a este evento, lo que ahí se escribe es verdad. Carlos: Pienso que las bodas gay son una forma de reacomodo, pero desde el punto de vista de la naturaleza (aunque es pleonasmo) es contra natura; si teóricamente se poblara una ciudad con puros hombres gay esa población desaparecería.

Juan Nabucodonosor: Qué contradictorio es ese artículo, porque habla de intolerante el que no se esté de acuerdo con el libertinaje sexual, si realmente los promotores de las ONG y gobiernos se preocuparan por disminuir el sida y evitar que las mujeres aborten, promoverían la abstinencia y una educación sexual basada en la responsabilidad y el respeto. Maximiliano: El Bajío es el gestor de esas células conservadoras que poseen filtros a las grandes esferas del poder, la tarea para los grupos sería vigilar esas instituciones y sus mecanismos. Carlos cita a Niezche: “La predicación de la castidad es una incitación pública de la contra naturaleza”.

Algunos pensadores nos ayudan a dialogar en mejores términos. Para John Locke la autoridad del Estado se sostiene en los principios de soberanía popular y legalidad, el poder no es absoluto sino que ha de respetar los derechos humanos; lo que debe ser respetado son las personas y sus derechos civiles, no sus opiniones o su fe, las cuales pueden ser objeto de discusión y crítica. La diversidad de opiniones e intereses entre los hombres es fruto de las distintas vías individuales de búsqueda de la felicidad, por lo que el desacuerdo y los conflictos son inevitables. Voltaire llegó a afirmar que para que un gobierno no tenga derecho a castigar los errores de los hombres es necesario que esos errores no sean crímenes, y sólo sean crímenes cuando perturban la sociedad, y perturban la sociedad si inspiran fanatismo. Los hombres deben empezar por no ser fanáticos para merecer la tolerancia. Por su lado, J.S. Mill avizora sobre el peligro de un poder gubernamental represivo y la amenaza de una “tiranía de la mayoría” que puede ser “la opinión pública”. Se requiere de una protección contra la tiranía de las opiniones y pasiones dominantes, contra la tendencia de la sociedad a imponer como reglas de conducta sus ideas y costumbres a los que difieren de ellas, contra su tendencia a obstruir el desarrollo e impedir la formación de individualidades diferentes. El reconocimiento de estas libertades es el reconocimiento del valor de la tolerancia y el respeto por el otro, que al reconocer su valor debe existir completa libertad de procesar y discutir, como materia de convicción ética.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El cuerpo en disputa


C

uesta creerlo, pero en pleno siglo XXI hay jóvenes que defienden con vehemencia la abstinencia sexual, la inequidad de género, el matrimonio perpetuo y heterosexual exclusivo, y que prefieren darle voz a los no nacidos, a seres en potencia. ¿Qué les habrá llevado a despreciar el sexo? ¿Qué amenazas ven ante el crecimiento del poder de las mujeres? ¿En qué les ofende que se ame una pareja de dos hombres o de dos mujeres? ¿Por qué inventarle deseos a personas inexistentes en vez de darle voz a sus propios deseos?

No tengo respuesta a estas preguntas a pesar de todo lo que me intrigan, pero por lo pronto declaro mi perplejidad ante estos grupos que se están expresando esta semana en León, mientras se realiza la Conferencia Mundial de Juventud. Jóvenes activistas de organizaciones de la sociedad civil nos informan desde esa sede que la derecha juvenil ha roto las reglas del respeto y está actuando con violencia ante quienes defienden sus derechos sexuales y reproductivos en ese encuentro.

Una pareja gay fue agredida verbal y físicamente por jóvenes católicos de las organizaciones de la Alianza Internacional de la Juventud y de Jóvenes Competitivos. También están robándose la propaganda de los grupos progresistas para evitar que se distribuyan sus folletos. Se trata de agrupaciones que se declaran en contra de los tratados de derechos humanos y de las declaraciones de la ONU:ONU, No te metas con mi familia, no te metas con mis niños; un feto diceYo no le importo a la ONU. Acusan a las agencias intergubernamentales deprefabricar las conclusiones del foro, mientras reparten oraciones a Cristo, para los y las participantes.

La Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos ha tenido que exigir condiciones de seguridad para que las actividades que se desarrollan en la Conferencia Mundial de Juventud se realicen en un marco de respeto a la pluralidad de opiniones, y llegaron al grado de responsabilizar al gobierno federal, al gobierno de Guanajuato y al Instituto Mexicano de la Juventud por alguna agresión de cualquier índole a las y los participantes en esa conferencia.

En otro momento, aproximadamente 20 integrantes de la Coalición de Jóvenes por la Educación y la Salud Sexual (Cojess) y la Global Youth Coalition on HIV/Aids hicieron una manifestación silenciosa durante la visita de Margarita Zavala al Foro Interactivo Global. La esposa de Felipe Calderón fue increpada por activistas de México y el mundo, con pancartas que decían Tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo; Sí a la vida de las mujeres; Aborto seguro, y Take your rosary out of our ovaries. Minutos antes de encontrarse con Zavala, los activistas se habían manifestado, también en silencio, afuera del Foro de Organizaciones No Gubernamentales, para impulsar el derecho a decidir de las mujeres entre los delegados que debaten la declaratoria final, la cual será entregada al foro de gobiernos. Oriana López Uribe, de Balance Promoción para el Desarrollo y Juventud, expresó: Nos importaría mucho que (Margarita Zavala) supiera la realidad de su país, y que vea qué puede hacer para que no sigan ocurriendo vejaciones de derechos a las mujeres mexicanas como está ocurriendo justamente en este estado, donde mujeres inocentes están encarceladas (Notiese, 24/VIII/2010).

En el foro social paralelo a la conferencia, Perla Vázquez, de Elige, la Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, informa de irregularidades muy preocupantes: jóvenes conservadores hostigan y agreden a los delegados y les niegan la entrada. A un compañero le gritaronmaricón, mata niños y aseguraron que no avalarían las conclusiones del foro porque lleva a la pérdida de valores y fomenta la homosexualidad y al aborto. Anuncian su propio foro de jóvenes de la derecha, que será avalado por el gobernador de Guanajuato. Están en las mesas tratando de obstaculizar las discusiones e impedir el avance de los trabajos. El lunes por la tarde intentaron pasar por feministas con el nombre de Amistad Feministapara robar paquetes de materiales que defienden los derechos sexuales, boicotearon y han impedido la realización de talleres sobre derechos sexuales. Han circulado una versión apócrifa de la declaración de la conferencia donde se sustituyeron párrafos, para promover la cultura de la abstinencia sexual y fomentar la comunicación entre padres e hijos para evitar otras fuentes de información dañinas, reconocer el lado sensible de la mujer promoviendo la complementariedad entre hombres y mujeres. Hasta el momento de cerrar estas líneas se anuncia otra Marcha Mundial de las Juventudes que ya cuenta con 7 mil jóvenes inscritos y representa a la juventud que defiende sus derechos sexuales, aunque incomode a las juventudes de derecha, a la esposa de Felipe Calderón, al gobernador de Guanajuato, al procurador de la República o a Juan Sandoval Íñiguez, entre otras de las figuras que están detrás de esta nueva generación con fobia al sexo.

Y tú, ¿eres migrante, o narco? 13 de agosto de 2010.

No sabemos en qué momento cambió, pero a la hora del ligue ya nadie pregunta ¿estudias, o trabajas?, sino ¿eres migrante, o narco? Eso es lo de hoy. Y esa parece ser la visión en que se inspira la política juvenil de nuestro país.

De los años 90 para acá, por cada cien niños y niñas que iniciaron la educación primaria, seis años después la terminaron 80, 70 ingresaron a la secundaria y la culminaron 53 para 1999. A la educación media superior entraron 49 y 28 egresaron de ella. Sólo 22 por cada 100 de quienes iniciaron la primaria 12 años antes consiguieron el acceso a estudios superiores (cálculos de Germán Álvarez, citado por Ciro Murayama, Economía UNAM, 7 número especial, 2009). Las diferencias de género en escolaridad se han reducido como a uno por ciento, excepto en el analfabetismo, donde la diferencia entre hombres y mujeres es de 3 puntos, aunque en los sectores indígenas las diferencias de género son cercanas a 50 por ciento. Las jóvenes que se hacen madres antes de llegar a los 20 años son las de estratos bajos, la mitad de las cuales sufren embarazos no deseados, aunque solamente 5 por ciento recurre al aborto. En promedio entre seis y siete de cada 10 jóvenes buscan incorporarse al mercado de trabajo y, según estimaciones del Conapo, entre 2000 y 2005, 220 mil jóvenes salieron del país cada año, lo que representa 38 por ciento del total de la migración internacional. Hoy los jóvenes identifican más a un narcotraficante como Ismael El Mayo Zambada que a un medallista olímpico, sostenía la secretaria de los jóvenes del gobierno de Michoacán: 600 mil jóvenes michoacanos estarán expuestos a formar parte del narcotráfico, dijo la funcionaria.

Esto ocurre justo cuando tendríamos que disfrutar del llamado bono demográfico: el momentum con el mayor número de jóvenes de nuestra historia. Cualquier política sensata tendría que saber aprovechar la reducción significativa de la tasa de dependencia poblacional, y hacer productiva al grueso de la gente que hoy se ubica en esa etapa.

Pero la llegada de millones de jóvenes a la edad reproductiva ocurre ante un perfil caótico de la política económica y de seguridad. Lejos de haber planeado el crecimiento de centros de enseñanza y la creación de empleos formales, está visto que el Estado no se ha ocupado de cubrir las necesidades de la generación del siglo XX. Por el contrario, los somete a una prolongada y permanente situación de angustia y marginación.

“Dilo fuerte, ¡que se escuche en todos lados!”. Con ese lema el gobierno federal decidió organizar la Conferencia Mundial de la Juventud 2010. Inicialmente planeada para llevarse a cabo en la ciudad de México, después en Monterrey, y finalmente se decidió que la sede fuera León, tal vez por tratarse de un territorio donde la política está promoviendo los verdaderos valores juveniles; recordemos que apenas el mes pasado la directora del Instituto de la Mujer Guanajuatense (Imug), Luz María Ramírez Villalpando, señaló que el uso de tatuajes en las mujeres es un ejemplo de la pérdida de valores en la sociedad. Digna representante del PAN, tal como la directora del Instituto Mexicano de la Juventud que organiza el encuentro.

No quisiera que la conferencia mundial sea la ocasión para defender la inconstitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo, tal como demandó infructuosamente el procurador federal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación; ni la defensa de las campañas de abstinencia sexual hasta el matrimonio ni la quema de libros de educación sexual o la prohibición de los besos en las calles, como acostumbran actuar los funcionarios en esas latitudes. No quisiera pensar que ahí se va a celebrar el éxito de los cambios de las constituciones estatales, ni que vayan a brindar por haber logrado encarcelar hasta por 26 años a las mujeres que abortan. Por otro lado, un acto de Estado no debería hacer un uso partidista para influir en ese grupo de edad que integra el mayor porcentaje del padrón electoral para el año 2012.

Esperemos que la presencia de algunas agencias de Naciones Unidas y de redes juveniles mundiales que han logrado filtrarse en esas mesas copadas por “jóvenes pro-vida” logren sostener el lenguaje progresista del proyecto de declaración y puedan comprometer a México para que firme la Convención Iberoamericana de los Derechos de la Juventud. Porque urge dar un viraje a las políticas excluyentes y oscurantistas, y urge fortalecer la exigibilidad de los derechos humanos de quienes merecen mejores alternativas que la expulsión del país o el narco.


Único proyecto alternativo de nación. viernes 30 de julio 2010.

viernes 30 de julio 2010.

En el marco de la democracia moderna, el de AMLO es el único proyecto alternativo para nuestra nación. Hasta el momento, ningún otro candidato ha articulado una opción distinta de país, una propuesta transformadora que se basa en el ejercicio de 10 años del Gobierno del Distrito Federal y en el más amplio movimiento social de la actualidad.

Y es que a diferencia de quienes sólo prometen, López Obrador está parado sobre los hechos, sobre los programas de gobierno realizados en la ciudad de México, el que dirigió Cuauhtémoc Cárdenas, el que él mismo encabezó de 2000 a 2006, y el actual que comanda Marcelo Ebrard. Así de fácil, yo coloco en el mismo saco lo que considero el mejor legado de la izquierda mexicana: los diez años del gobierno de la ciudad de México.

Cada gobierno ha sido mejor que el otro, porque cada uno va cosechando los frutos que sembró el anterior. Ninguno ha sido perfecto ni idéntico, se trata de gobernantes honestos, personalidades ejemplares y diferentes, jefes que se han apoyado en gabinetes de muy alto nivel profesional y académico, con equidad de género al nivel de las secretarías de Estado, funcionarios que han trabajado en colaboración con una ciudadanía cosmopolita y exigente, y que han sostenido las mismas líneas prioritarias en asuntos sustantivos: la política social, la austeridad republicana, la construcción y creación de empleos que ella conlleva, los proyectos culturales comunitarios (en el Zócalo, en las plazas populares, los maravillosos Faros), los derechos humanos de los adultos mayores, el acceso creciente a la formación media y superior de jóvenes, los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos de todos y todas, la laicidad de facto, que ha ido más allá del discurso demagógico.

Andrés Manuel ha ampliado sus miras más allá de la capital del país porque también está parado sobre un movimiento social de resistencia civil pacífica, “sin un vidrio roto”, un ejercicio único de construcción de redes sin violencia –hay que subrayar esta cualidad que hoy brilla por su ausencia–, forjadas desde abajo con grupos en las 32 entidades del país. Se trata del fruto de su peregrinar en 2038 municipios que visitó personalmente, una experiencia que amplió el horizonte de su proyecto de nación, porque convive y toca a diario la realidad de los más pobres, de las mayorías, de la clase trabajadora, de los excluidos, la que vive en barrancas, en cinturones de miseria, en comunidades rurales, en zonas indígenas.

En su tono de indignación, en sus adjetivos estridentes, yo identifico la empatía del líder con quienes vienen acompañándolo en los últimos cuatro años, ya no es la voz del gobernante sino el eco de quienes sostienen la resistencia. Comparto y me identifico con ese sentimiento que a veces llega a la desesperación, las cosas no están para menos.

De los 10 postulados del proyecto alternativo, celebro que los haya abierto para un proceso abierto de consulta, que nos invite a todos para afinarlo durante el año. Está señalando necesidades muy urgentes: recuperar el Estado y los medios masivos de comunicación, cambiar la actual política económica, abolir los privilegios fiscales. La política como imperativo ético es de lo más importante, la austeridad republicana: nada de sueldos onerosos y ofensivos, ni flotillas de aviones y helicópteros al servicio de la llamada clase gobernante, eliminar los gastos improductivos, el derroche y los privilegios, alcanzar la soberanía alimentaria y restablecer el estado de bienestar. Al final aborda temas que fueron la debilidad de su gobierno: cristalizar una nueva corriente de pensamiento donde se promueva la tolerancia, la solidaridad, el respeto a la diversidad y la protección del medio ambiente. “Hay que alentar un pensamiento que ayude a impedir el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro, sobre la dignidad, la verdad, la moral y el amor al prójimo”.

Sea quien sea el candidato a la Presidencia de la República en 2012, tenemos que ganar con este proyecto. Ya se burlaron algunos del romanticismo de López Obrador, pero yo valoro que hable de la moral y el amor en el sentido de justicia, de honestidad y solidaridad, porque si algo está perdido en la elite política es esa sensibilidad moral.

Se trata de términos vacíos en las bocas de la nueva derecha, la de esos políticos serviles a sus jefes: potentados y curas. ¿A qué suena la moral en voz del nuevo secretario de Economía, Bruno Ferrari, cuyo mayor mérito para ganar el cargo fue ser el enlace de los empresarios de Nuevo León con Marcial Maciel? ¿O qué moral puede tener el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien acaba de codificar en el mismo nivel de “delito grave” el abuso sexual a menores y a discapacitados, la pornografía infantil y el intento de ordenación de una mujer?

lunes, 26 de julio de 2010

Aborto en Sudáfrica y México

Gabriela Rodríguez 16 de julio de 2010

Es un momento casi único, concentrar la mira de todas las cámaras del mundo obliga a conocer las condiciones de esa población y sus transformaciones. Más allá del espectáculo deportivo hay lecciones que podemos aprender de los sudafricanos que no fueron referidas por los medios; tal vez poca gente sabe que el país sede de la Copa Mundial de Futbol fue el primero que despenalizó el aborto en ese continente.

A unos cuantos años del fin del apartheid, Sudáfrica cambió sus leyes para dar acceso a servicios de aborto sin restricción alguna en 1997. El aborto se ofrece en el primer nivel de atención, junto con servicios de salud reproductiva integral. En 2001 aprobaron el uso de la píldora RU-486 (o mifepristone), esa opción abortiva tan segura y efectiva a la que tanto se recurre en los países desarrollados. Una mujer de cualquier edad puede solicitar un aborto por libre demanda sin tener que dar ninguna explicación y, en algunas condiciones, hasta las 34 semanas. Entre las 13 y 20 semanas se puede solicitar la interrupción por salud física o mental de la embarazada, si fue víctima de incesto o violación, si considera que no está en condiciones sociales o económicas para tener un hijo o si el producto pudiese desarrollar anormalidades físicas o mentales severas. Después de 20 semanas de gestación se puede acceder al aborto si la vida de la mujer o la del feto está en peligro o si éste último puede presentar defectos al nacimiento. A una menor de 18 años se le aconseja consultar a sus padres pero tiene la opción de no informarles si así lo decide. A las casadas se les aconseja consultar a su pareja pero tienen opción de no hacerlo, a menos que ella tenga una enfermedad mental severa o esté inconsciente por largo tiempo, en cuyo caso se requiere el consentimiento de la pareja o guardián.

Como efecto de este servicio ya se acusa un descenso en la mortalidad por abortos clandestinos en ese país, aunque las muertes maternas siguen presentando una tasa preocupante cercana a 5 por ciento, la mitad de las cuales se relacionan con partos inseguros y la otra mitad con abortos clandestinos que todavía se atienden por personal sin entrenamiento profesional y en ambientes sin estándares médicos mínimos. Después de 10 años, la tasa de embarazo no deseado y de aborto ha descendido entre las mujeres sudafricanas, sobre todo entre las mayores de 20 años, lo cual se relaciona con el aumento en el uso de anticonceptivos (más de 50 por ciento), el aumento de la edad al matrimonio y el incremento de VIH/sida. La experiencia ha tenido un efecto liberador en la región, más de 10 países africanos han venido ampliando las causales para acceder al aborto legal y a los anticonceptivos (Singh S, et al., Abortion worldwide: a decade of uneven progress, Nueva York, Guttmacher Institute, 2009).

En México enfrentamos la reacción contraria. En la década pasada la necesidad no satisfecha de métodos anticonceptivos entre mujeres casadas se mantuvo estable, en 12 por ciento. Sin embargo, la tasa global de fecundidad ha disminuido de manera continua, lo que sugiere que las mujeres que experimentan embarazos no planeados están recurriendo al aborto con mayor frecuencia (Juárez F. y cols., “Estimates of induced abortion in Mexico: what’s changed between 1990 and 2006”, International Family Planning Perspectives, 2008, 34 (4):158-168). Esto sólo se explica porque con la llegada del PAN al gobierno federal se ha estancado la planificación familiar, no se ha extendido el acceso a los anticonceptivos, y hay un retroceso de uso en la población de 15 a 19 años. Además se impulsan en todo el país leyes para restringir el aborto como reacción a la reforma que autoriza la interrupción legal del embarazo en el DF; 40 mil mujeres han recurrido a ésta por libre decisión en los hospitales públicos de la ciudad de México, con profesionales capacitados, en condiciones legales, seguras y sin complicaciones. Pero como a nuestros políticos no les interesa en absoluto la salud sino invertir en mantener posiciones de poder, en vez de expandir ese derecho a los estados, PRI y PAN buscan descalificar al gobierno del PRD, llegando a cambiar 18 constituciones locales para negar la maternidad voluntaria y proteger el producto desde el momento de la concepción. Es un escándalo: se está orillando a las mujeres a la cárcel y a procesos judiciales por “homicidio en razón de parentesco”. En Puebla se ha procesado por aborto a 30 mujeres, en Sonora a siete, 10 en Veracruz, y cerca de 130 mujeres en Guanajuato. En Quintana Roo se niega el aborto y se obliga a parir a niñas violadas. En el resto de América Latina hay un contexto similar, excepto que no cuentan con un oasis en la capital del país.

Se impone una cultura críptica a las mujeres de América Latina, el continente católico mantiene las mayores restricciones mundiales a la salud reproductiva; está atrás de África, de Asia, pues ni los musulmanes restringen todas las causales de aborto. Aquí donde se impuso una lengua que carga una religión monoteísta, una iglesia de hombres y una moral sexual distorsionada. Aquí donde se fundó la Legión de Cristo, el peor paradigma de las sectas católicas.

La heterodoxia en Monsiváis


2 de julio 2010.

La deuda de los heterodoxos al gran Monsiváis es impagable. Me confieso deudora morosa, heredera de sus ideas sin testamento alguno, vulgar ratera, plagiaria de su anticlericalismo, de su inconformidad e irreverencia. Yo y quienes pertenecemos a la que él bautizó como la primera generación de norteamericanos en México, la de los 60: la de adictos al rock, a la Coca-Cola, a las series gringas de televisión, jóvenes mothernos que deseábamos huir del subdesarrollo, los llamados a desoír tonterías que entendíamos pero ya no sentíamos para adaptarnos a lo que probablemente no entendíamos pero sentíamos cada segundo (Escenas de pudor y liviandad, Grijalbo, 1988).

No menos heterodoxa parece la nueva generación, la del amor virtual. La que tomó las calles de Reforma esta semana en la 32 Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Travesti, Transexual e Intersexual (LGBTTTI). En esta ciudad “en perpetuo estallamiento demográfico –dijera nuestro fallecido cronista– somos tantos, que el pensamiento más excéntrico es compartido por millones”. En el año del bicentenario se exalta la cultura nacional, no la nacionalista que se impone desde arriba, sino la que se defiende desde abajo y no pierde irreverencia: queens de todas las clases sociales, güeras y prietas, rumberas de carnaval, adelitas y hasta diosas de la mexicanidad. Otros exaltan la simbólica masculina: hay luchadores enmascarados y darketos, charros y vaqueros, más machos que los que estén dispuesto a dudarlo.

Sectores afirman su diversidad al tiempo que expropian símbolos de las ofertas culturales, verdugos y víctimas de los mass media. Un charro que monta una yegua blanca explica: “Los charros somos parte de la diversidad sexual, venimos representando al Potrero, un lugar de ambiente donde todas las personas pueden venir a divertirse sin ningún problema de discriminación. Invito a toda la gente a que nos visite, si me permite hacer el comercial: El Potrero de Ecatepec de Morelos, una cantina donde no se discrimina a nadie”.

Pancartas bien editadas expresan la burla a la derecha gobernante: “¡Soy gay panista…. ay, qué loca conformista!”

Un joven que porta máscara de Calderón carga una gran Santa Constitución Mexicana: “Creo que los homosexuales no tienen derecho a estar aquí, vine para promocionar el 17 de mayo, ‘Día de la Tolerancia y el Respeto a las Preferencias’. Soy guapo y homofóbico. Gracias por apoyarme. Tolérame. Atentamente: Fecal.”

Un grupo de jóvenes le grita: “¡Felipe Calderón también es maricón! ¡Culeeeero!” Se le junta otro con máscara de Salinas: “A este pelón ¡le gusta Calderón!” “Señora Hinojosa, ¡por qué parió esa cosa!” “¡Voto por voto! ¡Vestida por vestida!” “¡Esos mirones también son maricones!”

El vocabulario resulta liberador. ¿Interpretaría el autor de Días de guardar? “Porque a través de las palabras se filtra una nueva identidad, más combativa y moderna que le otorga mayor consistencia a las formas heterodoxas del comportamiento: al ingresar el término gay en el vocabulario, se debilita el vigor peyorativo de las palabras maricón, puto, joto, mujercito… o tortillera, wafflera” (C. Monsiváis, “De lo sexual en tiempos de lo virtual”, Letra S, 10 de enero de 2008).

“¡Derechos iguales a lesbianas y homosexuales!” “La gente se pregunta: ¿sus hijos donde están? ¡Se fueron a la marcha del orgullo homosexual!” “No quiero closet, tampoco un cajón, lo único que pido ¡es respeto a mi orientación!” “El amor en la familia ¡la homofobia elimina!” “Se ve, se siente, la UAM esta presente: hongo, peyote y mariguana, ¡arriba, arriba, la Metropolitana!” “Soy heterosexual y vengo a apoyar a todos en la marcha ¡del orgullo homosexual!”

Mujeres de fe hacen los honores al gran crítico del catolicismo. “Monsi está presente”, reza la manta que portan Católicas por el Derecho a Decidir, mientras lanzan al cielo dos grandes dirigibles en blanco y rojo que anuncian: “Amor es diversidad sexual. ¡Jornada contra la homofobia!”

El movimiento de la resistencia civil pacífica y AMLO son también herederos de la heterodoxia de Monsiváis: “Un peligro para México es una frase que en sí misma, y en una campaña electoral tiene la información suficiente”. Hoy nos queda claro que el narco en el poder o como Estado paralelo es el verdadero peligro para México. “En más de un sentido –en este Apocalipstick descrito por nuestro ensayista recientemente finado–, la diversidad es lo opuesto a la desintegración del tejido social. Si se acepta y se defiende la diversidad, se lucha contra algo muy grave de un país fundado en la desigualdad, y se combate a la política de las exclusiones, todavía uno de los grandes sinónimos de la nación” (Ibidem). Ya veremos si los ministros de la SCJN rompen esa tendencia excluyente, si deciden reivindicar el concepto de nación como garante de la igualdad, derecho que está en la base de la propuesta de Sergio Valls para avalar la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo.

¿Quién defiende a los niños?


Gabriela Rodríguez. 18 de junio 2010.

Qué puede ser más doloroso que la muerte de 49 niños? Que esas muertes sean responsabilidad de la familia o del Estado. Creo que por eso son tan indignantes los resolutivos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). ¿Por qué, si han demostrado que es posible actuar a favor de la justicia, hoy confirman su falta de autonomía respecto del Poder Ejecutivo? ¿Por qué deslindaron de responsabilidad o de “señalar como involucradas en la tragedia” a las más altas autoridades del IMSS y del estado de Sonora, cuyas decisiones y omisiones costaron la vida a 49 niños? ¿Quién convenció a tres o cuatro ministros de proteger a Molinar, a Karam, a Bours, a Marcia Gómez del Campo? ¿Cómo avalar un sistema de subrogación de guarderías que apoyaba la discrecionalidad al otorgar contratos con fines de lucro a influyentes y parientes del gobernador o de la esposa del Presidente? ¿Qué compromisos políticos o económicos los obligan a seguir dependiendo de la estructura de poder? Menos mal que una minoría desaprobó tal decisión y junto con Arturo Zaldívar, Ramón Cossío, José de Jesús Gudiño, Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza afirmaron que de haberse cumplido con las normatividades, los daños hubiesen sido menores. Menos mal que 10 ministros determinaron que el incendio de la guardería ABC representa una grave violación de garantías individuales.

Lástima que esas decisiones no son vinculantes. Al rechazar el proyecto del ministro Zaldívar se perdió una oportunidad histórica: la de fortalecer la débil democracia de México, la de superar el acartonamiento del máximo tribunal del Poder Judicial y escuchar la voz renovada que representa Zaldívar, una generación de juristas que están creando mecanismos para ampliar el papel de la SCJN a fin de responsabilizar a funcionarios, para jugar un rol determinante en el ejercicio de la justicia y en la lucha contra la impunidad.

Y sin embargo, hay quien aprovecha que en esta semana los reflectores están dirigidos a la Suprema Corte, y más bien a la Copa Mundial de Futbol, para presentar una iniciativa contra le educación laica. Paz Gutiérrez Cortina, diputada del grupo parlamentario de Acción Nacional, presentó una iniciativa para reformar nada menos que el tercer artículo de nuestra Constitución. Su propuesta es corta y parece inocua, se propone adicionar al artículo tercero el siguiente párrafo: “Los padres de familia tienen el derecho a decidir sobre la educación de sus hijas e hijos menores de edad en base a sus principios éticos y convicciones” –el subrayado es mío–. La también fundadora y presidenta de las asociaciones del Opus Dei enfocadas al fortalecimiento de “los valores de la vida y de la familia” (Red Familia, Enlace AC) nos cree con menos cerebro que los fetos in utero que con tanto ahínco defiende en su columna del diario Reforma, donde llegó a considerar como “conducta antisocial eliminar a los individuos no nacidos”. Pero no le preocupan las víctimas de la tragedia de la guardería ABC, pues no se pronunció ni ahora ni hace un año, ni tampoco los niños abusados por Marcial Maciel, a quien elogió por “las abundantes siembras de santidad que hizo a lo largo de 60 años de servicio”.

El principal argumento de su iniciativa es defender a los padres de familia como titulares de derecho: “que el Estado deje de ser violatorio del derecho fundamental a la educación por la existencia de un dualismo antagónico entre la educación que se imparte en la escuela y la que le otorgan los padres de familia en su hogar” (Gaceta Parlamentaria, 16/06/10). Para fundamentar el derecho de los padres recurre a la libertad de culto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y al 24 constitucional que reconoce “el derecho de todo ciudadano a elegir y profesar el culto religioso que más le agrade o a no profesar ninguno”. La agenda oculta que busca dar entrada a la educación religiosa en las escuelas públicas se revela en los artículos insertados como notas al pie de página en la propuesta. El artículo 13.3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) señala: “los estados se comprometen a respetar la libertad de los padres de escoger para sus hijos escuelas distintas de las creadas por las autoridades públicas, siempre que aquéllas satisfagan las normas mínimas que el Estado prescriba o apruebe en materia de enseñanza y de hacer que sus hijos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. La señora Fernández Cueto no toma en cuenta que este artículo ya se aplica y se restringe exclusivamente a las escuelas privadas (en la frase que yo subrayé). Si los padres imponen una religión en las aulas se atenta contra la educación laica y se discrimina a los ciudadanos y a las personas menores porque se les excluye del derecho a la libertad de culto. En el primero constitucional: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra…”; y en el artículo 14 de la Convención de los Derechos de la Niñez (CDN): “Los estados parte respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión...” Más que derecho, los padres tienen la obligación de educar y respetar a sus hijos, y ante derechos encontrados entre padres e hijos se impone el interés superior del niño. Artículo 18 (CDN): “Los estados parte pondrán el máximo de empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño”.


lunes, 7 de junio de 2010

Secularización sexual


L

a Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no pudo ser más oportuna: en plena celebración del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres los ministros declararon la constitucionalidad de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 046-SSA2-2005 que obliga a clínicas y hospitales, públicos y privados, a ofrecer la píldora de emergencia a las mujeres víctimas de violación para evitar que queden embarazadas. Se trata de un acto que reafirma el Estado laico y que muestra la secularización sexual de la sociedad mexicana.

Porque la laicidad del Estado implica una dimensión subjetiva en cada representante del Estado, quien tiene que separar su función pública de sus creencias personales, a fin de que estas últimas no interfieran con el derecho a la libertad de culto de la ciudadanía. No sé cuántos de los 11 magistrados son religiosos, pero los 10 que confirmaron la constitucionalidad de la NOM-046 afirmaron esa laicidad al evitar recurrir a principios religiosos y argumentar su dictamen con base en las evidencias científicas que demuestran que la anticoncepción de emergencia no es abortiva.

Tal como ocurrió hace tres años, en que la SCJN confirmó la constitucionalidad de la reforma al Código Penal que autorizó la interrupción legal del embarazo (ILE) en el Distrito Federal, estos avances se apoyan en la secularización sexual de la sociedad. El término fue acuñado por el historiador inglés Jeffrey Weeks: la secularización sexual es la distancia progresiva entre vida sexual y valores religiosos, que ocurre aun entre creyentes (Sexualidad,Paidós/UNAM, México, 1998).

Hoy contamos con duros indicadores del grado de secularización sexual de nuestra sociedad: 3 por ciento se declara no creyente en el censo, cerca de 5 por ciento como cristiano y 5 en otras, 87 como católico; este último grupo, aunque mayoritario, tiene diversas formas de vivir su adscripción religiosa. Es ilustrativa la Encuesta de Opinión Católica realizada el año pasado por Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), que se aplicó a una muestra representativa en las 32 entidades del país: casi la mitad de la feligresía católica considera que la Iglesia debería promover el castigo penal cuando se comprueba que un sacerdote abusó sexualmente de un menor; 59 por ciento no quiere que se modifique la Constitución para impartir clases de religión en escuelas públicas. La pluralidad se expresa hasta en el valor asignado a las creencias y en el apego a los ritos: para una tercera parte la característica más sobresaliente de una persona católica es estar bautizada, creer en Dios lo es para 24 por ciento, cumplir con los 10 mandamientos para 22 por ciento y solamente 13 por ciento considera que ir a misa es una característica de identidad católica. La libertad no ocupa un lugar prioritario: los valores católicos señalados son el amor (27 por ciento), el perdón (20 por ciento), el respeto (19 por ciento) y la libertad (12 por ciento). Más de 70 por ciento apoyaría a la jerarquía si admitiera que se utilice cualquier método anticonceptivo y el uso del condón. En cuanto a la anticoncepción de emergencia, 83 por ciento opina que los servicios de salud del Estado deberían ofrecerla a las víctimas de una violación y a quienes tuvieron relaciones sexuales sin protección (70 por ciento). Dos terceras partes consideran que los adolescentes deben tener acceso a servicios de orientación y a métodos anticonceptivos, apoyan que los libros de texto aborden las circunstancias en las que la ley permite el aborto así como el derecho de todas las personas a vivir su sexualidad, incluyendo a lesbianas y homosexuales. El 57 por ciento está de acuerdo con que debe permitirse el aborto en algunas circunstancias, y una cuarta parte cuando la mujer así lo decide (24 por ciento), tal como se autoriza en la ciudad de México, aunque muchas mujeres de la provincia ignoran que pueden venir a esta metrópoli para acceder a la ILE antes de las 12 semanas de gestación.


En este contexto CDD lanzó la campaña La Iglesia no condena el aborto en muchos casos, para dar a conocer la existencia de excluyentes a la pena de excomunión inmediata para las mujeres que abortan establecida en el Código de Derecho Canónico: cuando la mujer es menor de 16 años, si actuó presionada por miedo, si lo hizo por necesidad, si actuó para evitar un grave daño, si ignoraba que infringía una ley o actuó en legítima defensa, por violencia o de manera accidental, y cuando la mujer sufre alguna deficiencia mental.

Todo parece indicar que los cambios legales contribuyen a la legitimación de diversas prácticas sexuales y a su secularización, de ahí la altísima aceptación de los anticonceptivos modernos a tres décadas de su autorización legal, a pesar de que se mantenga la condena católica. El cambio cultural reciente es ante la ILE por decisión de la mujer, como demuestran tres encuestas realizadas en el DF por el Population Council: en 2007 (en que la reforma autorizó la ILE) 38 por ciento estaba a favor de la ILE, en 2008 la opinión favorable se incrementó a 63 por ciento, y en 2009 alcanzó 73 por ciento. La reforma legal y el dictamen de su constitucionalidad por parte la SCJN podrían explicar este cambio tan significativo. Con lo cual se demuestra que a veces, y por desgracia, sólo a veces, la elite política puede romper la distancia y regular de acuerdo con las percepciones y necesidades del pueblo.

viernes, 28 de mayo de 2010

De género y homofobia

De género y homofobia


En ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, que se celebró el pasado 17 de mayo en más de 50 países del mundo, cabe recordar que esa fecha fue fijada para conmemorar el mismo día, pero de 1990, que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud suprimió la homosexualidad de la lista de las enfermedades mentales. El sentido simbólico de ese acontecimiento no es superficial, sino todo lo contrario: significó la institucionalización y legitimación del derecho a la igualdad de quienes experimentan la orientación sexual hacia personas de su mismo sexo. Sin embargo, su instrumentación en las políticas públicas de México ha sido un proceso extremadamente lento. Solamente los estados de Oaxaca, Tabasco y Quintana Roo, así como el Distrito Federal, han instaurado el 17 de mayo como día contra la homofobia. Hay que destacar que únicamente en la capital del país dicha conmemoración ha avanzado más allá del discurso. La ciudad de México es la única de América Latina donde el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de menores es una opción legal. En esta capital ya no sólo se reconoce, sino que se ejercita el derecho a la igualdad, al matrimonio, a la maternidad y a la paternidad, y dejan de ser excluidas las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros e intersexuales (LGBTTTI). Tal vez por eso nos quieren estrangular a los chilangos, cuando panistas y priístas apoyan leyes locales y demandas antiaborto y antimatrimonio gay.
Porque la homofobia no es solamente una enfermedad siquiátrica que se expresa como odio o discriminación contra las personas que integran la diversidad sexual, es también una expresión de opresión cultural relacionada con el género y la sexualidad. Los individuos nacen sexuados, pero sin género, y son después construidos como masculinos o femeninos. Paradójicamente, desde bebés se oculta el sexo, y al mismo tiempo cada cultura despliega sofisticadas vestimentas para marcar las diferencias de género, después las normas prescriben formas masculinas y femeninas de moverse y jugar, de gesticular y hablar, de expresar o negar los sentimientos, de bailar y actuar, de negociar y trabajar, y hasta de comer y satisfacer los deseos sexuales. La sexualidad es resultado de prácticas sociales que dan significado a las actividades humanas, y es producto de luchas y negociacio- nes entre quienes tienen poder para reglamentar y quienes se resisten. Todos y todas crecemos luchando frente a imposiciones que regulan nuestro comportamiento en la casa, en la escuela, en la calle; aunque en principio todos y todas lo que deseamos es amar, ser amados y hacer lo que nos gusta. Bien dice Judith Lorber que para el individuo el género es semejanza y para la sociedad el género es diferencia (Paradoxes of Gender, Yale University Press, 1994).
En el fondo, la homofobia es la imposibilidad de aceptar las necesidades semejantes que tenemos todos los seres humanos, y se expresa como desprecio a lo femenino; por eso sus principales víctimas son los hombres gay y bisexuales. ¡Se parecen tanto a las mujeres! Pero también son víctimas las lesbianas, los travestis, transexuales, transgénero e intersexuales, quienes no ocultan su feminidad; los y las heterosexuales no somos inmunes. El odio ha llegado a múltiples ejecuciones con saña para quienes no parecen ser suficientemente hombres. La comunidad LGBTTTI considera grave el decreto calderonista, porque desvirtúa el sentido de la lucha contra la homofobia, al cambiar el título por el del Día de la Tolerancia y el Respeto a las Preferencias, y no llamar las cosas por su nombre.

gabriela.afluentes@gmail.com

POLÍTICA SEXUAL, HOY.

La sexualidad es un asunto político, definitivamente. Tal vez con los abordajes bio-médicos no habíamos podido reconocer y abordar con todas sus implicaciones esta dimensión. Pero desde la visión del historiador inglés Michel Foucoult el tema pasó a ser un asunto político junto con la modernización. En la medida en que los Estados Nación se interesaron por la higiene fueron paulatinamente construyendo dispositivos para controlar los usos del cuerpo. En los albores del siglo XXI la sexualidad se ha convertido en lo más material, lo más físico, lo más corporal del ejercicio del poder. El discurso religioso que produjo el cristianismo en el antiguo régimen se ha venido traduciendo con la secularización hasta llegar a su reproducción incesante de las regulaciones por parte de las familias, las leyes, el personal de escuelas y centros de salud, así como en la música y las escenas en movimiento de la industria cultural. Desde todas estas fuentes se toca constantemente la realidad esencial del cuerpo como centro de disputa entre los ciudadanos y las instancias de control.
Cuerpos sometidos a regulaciones sociales que igual están escritas en una Constitución que en un evangelio, pero donde se señala con precisión lo que puede y no puede hacerse, ya sea en el ámbito público o privado. Se trata de normas que nadie está dispuesto a acatar, pero que representan los instrumentos privilegiados para mantener la impunidad, ejercer la corrupción y someter a todos y a todas al perdón. Con base en estos tres mecanismos se erigen como sujetos políticos los funcionarios del sector educativo y de salud, los legisladores, los jueces y agentes de ministrios públicos.
En el otro extremo y cada vez más polarizados se visibilizan también líderes de la resistencia: feministas, activistas del movimiento Lésbico-Gay-Transexual-Transgénero, los defensores de los Derechos Humanos. La nueva visión está posicionando la salud sexual y reproductiva como un ámbito de los derechos humanos.
Pero la resistencia está más organizada justamente cuando la nueva derecha y los grupos conservadores pretenden desmantelar al Estado Benefactor y echar atrás los compromisos de las Convenciones sobre Derechos Humanos, esos acuerdos multilaterales que han transformado nuestras Constituciones y que se han venido construyendo en los últimos 50 años. Desde el país vecino y más poderoso del mundo vivimos una nueva alianza de los gobernantes con los grandes empresarios y con los jerarcas de la Santa Sede, tres grupos poderosísimos que hoy revaloran los mensajes ideológicos del Estado como una de las estrategias para mantener el orden económico mundial.
En este espacio compartiré los artículos de colaboración del Periódico La Jornada, que vengo publicando desde el año de 1999.